Los valores térmicos se han disparado hasta alcanzar los 45 grados, y las noches abrasadoras registran mínimas por encima de los 25 grados. La segunda ola de calor de este verano en España ha creado escenarios meteorológicos que se asemejan a las condiciones del Sáhara. ¿Estamos presenciando la «Filomena» de las altas temperaturas? Es una posibilidad bastante probable.
Aunque España no es el norte de África, en términos térmicos, a veces, presenta similitudes, según Francisco Martín, meteorólogo de Meteored. Aunque alcanzar los 47 grados es muy difícil, los modelos de previsión sugieren que en algunas áreas de Extremadura, especialmente en Badajoz, se podrían registrar temperaturas entre 46 y 47 grados en estos días.
De las 809 estaciones meteorológicas proporcionadas por Aemet, al menos 112 (14%) midieron ayer 40 grados o más, y en 28 estaciones (3%), se registraron 43 grados o más. Durante la noche, la temperatura mínima en Madrid-Retiro fue de 26,2 grados, lo que podría convertirla en la madrugada más cálida en esa estación de la capital desde al menos 1920.
Esta ola de calor podría ser la tercera más persistente en España, siguiendo a la de 2015, que duró 26 días, y la de 2003, que duró 16 días. Si las previsiones se cumplen, esta ola de calor podría ubicarse como la tercera más duradera desde 1975.
Respecto a si se puede aplicar el término «cúpula de calor» a esta situación, Martín explica que, aunque es un concepto existente desde el punto de vista técnico y meteorológico, no sería lo más adecuado para describir la situación actual. El meteorólogo destaca tres factores clave que generan esta ola de calor intensa y duradera en España: una DANA sobre la Península, un anticiclón al norte peninsular que no se mueve, y una dorsal en el sur.
A pesar de que estos factores no crean una cúpula de calor, según el experto, reconoce que el término tiene un gran atractivo mediático. Además, señala la importancia de la entrada de aire del sur de origen africano, que ha contribuido a los avisos rojos por temperaturas extremas emitidos por la Agencia de Meteorología.
Martín destaca que hay patrones atmosféricos veraniegos que tienden a generar calor extremo, como el actual modelo con una DANA-Dorsal anticiclónica ubicada sobre España. Este patrón, que ha ocurrido en la primera ola de calor de junio de 2022 y se repite en la actual de julio, podría persistir en el futuro cercano, según el experto. La ola de calor podría extenderse hasta el 17 de julio, o incluso el 18 de julio, debido al desplazamiento errático de la DANA, con incertidumbre en su predicción en los próximos días.
A pesar de ello, las temperaturas en la semana siguiente seguirán siendo veraniegas pero con valores más típicos para la época del año, según el meteorólogo. Este patrón atmosférico no solo afecta a España; también los países del oeste de Europa podrían verse afectados por esta ola de calor, algunas de ellas extremas. El aire cálido de origen africano ascendería por la Península Ibérica, afectando a Francia, Bélgica, Alemania e incluso alcanzando el Reino Unido y, en ciertas condiciones, el sur de los países escandinavos, en forma de una lengua o penacho de temperaturas altas y extremas.